Como a todos lo que nos interesa este fenómeno siempre es importante el intercambio de ideas por distintos medios (programas, enlaces, grupos de whattsapp, etc.). Pero a veces nos encontramos con discursos demagógicos de privilegio (les recomiendo el programa que hice con Carlos Iurchuk, llamado reflexiones) criticando la aparición de investigadores, o simplemente gente interesada en el tema, o que quiere compartir una experiencia en programas de la plataforma youtube, whatssapp u otras, cuando ellos mismos han participado en esos programas. He aquí la contradicción en la que muchas veces ocurre la moral de doble vara de los discursos de privilegio cargado de hipocresía.
Cada día me es más evidente que todo discurso es portador de un síntoma, expresado por las vías discursivas y centrados más en la falta que en el exceso. Sobre todo cuando se proyecta hacia afuera por medio de la crítica las propias faltas cometidas, y presentándola metafóricamente como “la cruda realidad”. Y hablando de cruda realidad, a algunos de los que hoy se rasgan las vestiduras por la falta de “verdad objetiva” se presentaron como “chamanes” con pluma y todo en documentales televisivos de dudosa credibilidad años atrás, mientras critican a los youtubers y a sus invitados por sus inicios en período de “pandemia”…en fin.
No puedo dejar de citar la increíble frase de (no amigos ni Freud, ni Platon, ni Foucault) sino Denzel Washington cuando nos dice: “hay personas que nunca les caerás bien porque tu espíritu irrita sus demonios.”
Por lo menos habría que hallar un norte en todo esto, y ese norte podría ser concentrarse en la crítica constructiva de las ideas y no de los individuos.
En cuanto a todo discurso, bueno es en todo caso, despojarlo de todo cinismo y reconocerlo tal como es, una herramienta de poder. El discurso no es simplemente aquello que traduce las luchas o los sistemas de dominación según Foucault, sino aquello por lo que, y por medio de lo cual se lucha, aquel poder del que quiere uno adueñarse.
Es siguiendo también una lógica del discurso (lógica del fantasma) de Jacques Lacan la que motiva un poco también la razón de este escrito y es que, primero, en los discursos, “de lo único que hablamos todos es de nuestro propio síntoma”.
Pero como muchos saben, esta frase del Quijote siempre está vigente y es reveladora “ladran Sancho, señal que cabalgamos”.
No tengo más que palabras de amistad y agradecimiento a los generadores de contenido y espacios donde los discursos restrictivos de Poder con la lógica del Amo, no impiden que diferentes ideas abreven en un mismo programa. Gracias Carlos Iurchuk por permitir la variedad de miradas del fenómeno que proponen cada uno de tus invitados, coincidamos o no con ellas..